martes, 6 de mayo de 2008

4 metros de perfección

Uno de los momentos más emocionantes del viaje fue cuando vi el David de Miguel Ángel. No teníamos entradas reservadas para la Academia y temía encontrar una cola interminable para entrar, pero por suerte amaneció con tormenta y la lluvia acobardó a muchos turistas. Nosotros, aprovechando nuestras infalibles capuchas confeccionadas con bolsas del Carrefour, no desaprovechamos la ocasión para acercarnos y probar suerte.

Tallada en mármol entre 1501 y 1504, la escultura mide 409 centímetros de altura y está considerada como perfecta por los expertos. Yo que, todo sea dicho, no entiendo de arte también la considero perfecta, o al menos esa es la impresión que me causó al verla, aunque hay quien pone 'peros' aduciendo que debería estar circuncidado. La historia les da la razón, pero igualmente el David sin circuncidar es lo más cercano a la perfección que han parido unas manos humanas, y eso no lo puede negar ni el más pureta de los historiadores.

Es increíble que un trozo de mármol tenga la fuerza expresiva de esta escultura. Iría un poco más lejos con mi elogio: hay un altísimo porcentage de humanos menos expresivos que el David. Basta observar la tensión de su rostro, su ceño fruncido, su mirada penetrante, los alerones nasales abiertos en señal de alerta ante el peligro, concentrado justo antes de usar su honda.


El tronco y las extremidades presentan una simetría hasta entonces nunca vista en una escultura. El cuerpo se encuentra en equilibrio sobre una extremidad inferior mientras la otra se relaja. El tronco se arquea ligeramente, como compensación, y todos los músculos, absolutamente todos, que se contraen en una posición como ésta aparecen perfectamente definidos en la silueta de la escultura.


La perfección de la obra sigue siendo palpable al observar sus manos. Las venas, los tendones, los nudillos,... son fieles reflejos de la anatomía humana. Sólo un genio es capaz de aunar los conocimientos anatómicos y la habilidad suficientes para esculpir unas manos como éstas.


Sólo le falta el movimiento para ser humana.

2 comentarios:

El opositor dijo...

Todo lo que tú quieras, pero Miguel Ángel fue un cabrón porque la picha es irrisoria.

Saludos,
Pep Guardiola

Roberto dijo...

Dices "Sólo le falta el movimiento para ser humana", pero no me negarás que cuando uno mira la escultura fijamente durante un tiempo te da la ilusión que va inclinarse hacia adelante, a hacer justo el movimiento de lanzar algo...no sé, será frikada pero a mi me ha pasado las dos veces que la ví.

La picha no es que sea irrisoria, lo que pasa es que Miguel Angel creía en el Axioma del Máximo Rendimiento: Lo importante no es lo largo, ni lo grueso, sino lo travieso