jueves, 30 de octubre de 2008

El futuro será aburrido

Tenemos la suerte de vivir en una época en la que los avances tecnológicos están a la orden del día. Por una parte, esto nos permite una vida mucho más cómoda en muchos aspectos, es una evidencia que cae por su propio peso y ni siquiera el más anacoreta lo pondría en duda, pero por otra parte esta misma evolución está robotizando nuestra naturaleza humana, aniquilando esos pequeños detalles que convertían una casa en un hogar, esos matices que definían una cancion como un cúmulo de sentimientos y no un simple archivo mp3 de uso y consumo,...

La tele fue el primer eslabón de esta espiral de deshumanización. En pocos años hemos pasado de tener la posibilidad de ver únicamente dos canales a poder ver cientos vía satélite, miles vía internet, descargar películas que aún no se han estrenado, escuchar discos a los que nunca podríamos haber accedido sin internet de por medio, leer poesía austrohúngara con un sólo click,... Y al mismo tiempo, este inabarcable abanico de posibilidades, en vez de enriquecernos, no hace más que degradarnos a base de saturación. Como dice el dicho, la avaricia rompe el saco y así como antes podíamos pasar un mes escuchando un solo disco, recién comprado, del que disfrutábamos hasta del olor de su libreto, ahora en un mismo día no nos sentimos llenos si no escuchamos 3 distintos, todos ellos inmateriales, archivos virtuales, que en su mayoría ya habremos aborrecido en dos días. Tenemos un mayor acceso al arte, pero hemos perdido la más mínima capacidad de emocionarnos y disfrutar mediante él. Es cierto que la formación personal de cada uno se basa en múltiples experiencias, experiencias de cualquier naturaleza, vitales, artísticas, paisajísticas,... y así como en este aspecto artístico más que una formación estamos provocando un atasco, por suerte aún nos quedan las experiencias sociales, que al fin y al cabo son las más decisivas de nuestra evolución personal.

Y entonces, víctimas de esta saturación, llega el día en que nos damos cuenta de que nada de lo que deberíamos disfrutar nos llena, el día en que una canción pasa de ser emoción a simple ruido, en que una película pasa de narrar una historia a ser una sucesión de imágenes como las de cualquier otra,... Hemos sido víctimas de la tecnología y tratamos de evadirnos de ella durante un tiempo, volver a los orígenes, a las noches de recogimiento, leyendo, escuchando la radio, cenando con calma y tranquilidad paladeando un sorbo de buen vino…. Pero ya es demasiado tarde, la espiral ha sido demasiado violenta. Ya nada de eso nos complace y envidiamos la capacidad de nuestros antepasados, cuya formación personal se basó exclusivamente en experiencias vitales, de disfrutar haciendo las más aburrida de las 'nadas'. Hemos sido deshumanizados.

jueves, 16 de octubre de 2008

Yo, conferenciante

Sí, amigos. Así es. Dentro de dos meses daré una conferencia en un hospital ante médicos y fisioterapeutas. 2 horazas de charla que me llenarán el bolsillo de billetes. Todo perfecto y motivador, ¿verdad? El caso es que la exposición trata de un tema sobre el que apenas controlo... Vamos, podéis consultar vosotros mismos una buena bibliografía, os vais preparando el tema y tendríais la mismas posibilidades de que os saliera una exposición igual de buena que la mía. Aún así, aún siendo un ignorante en la materia, enfoco esta exposición como un reto personal, algo que debe significar un punto de inflexión en mi carrera profesional. Tampoco es que me vaya a cambiar la vida, pero si todo sale bien saldré muy reforzado y ganaré confianza en mí mismo. Y si no es así, pues nada, lloraré amargamente en mi cama bajo una lluvia de billetes...

El tema de la exposición es la fisioterapia en amputados. A priori, no me apasiona el tema, sinceramente, y no sé por dónde enfocarlo, aunque puede que preparándolo sienta un gusanillo por él y me acabe gustando. Quién sabe, a lo mejor encuentro mi verdadera vertiente profesional! Puedo hacer una representación diferencial de lo que es un amputado y de lo que no lo es, llegando a la sala sanote como siempre y de repente cortarme una mano y explicar 'verán, yo antes no era un amputado, ahora sí lo soy... captan la diferencia?'. Sería un buen golpe de efecto para empezar la charla y, aunque luego el resto de mi participación fuera aburrida y poco interesante, creo que los asistentes valorarían mi pasión, mi entrega y mi integridad profesional. Con un poco de suerte sangraría a borbotones y tendría que cancelar la conferencia.

Hace años que no hago algo parecido, aunque me considero curtido en batallas del estilo. En París ya tuve que preparar una presentación a final de curso, en francés... Dar una conferencia en la que te juegas todo un año y ver las caras de 'me no comprender nothing' y 'what are you counting to me?' de la gente no tiene precio, aunque los examinadores fueron generosos y valoraron mi esfuerzo y dedicación durante todo el año. Claro, que no es lo mismo exponer 20 minutos que durante 2 horas, pero siempre puedo recurrir a algún chiste fácil para hacer relleno, explicar alguna batallita sobre mi dilatadísima experiencia con amputados o proponer 10 minutos de descanso por cada 5 minutos de conferencia, que eso siempre suele agradecerse. Ahora os toca a vosotros, proponedme ideas originales para hacer relleno.

martes, 7 de octubre de 2008

Lunes

No hay excusa que valga. Quien no aprovecha el tiempo, es porque no quiere. Hoy he tenido uno de esos días en los que uno se da cuenta de lo mucho que dan de sí 24h. Como por ejemplo, despertar en Valencia a las 7:30, coger un autocar a las 9 rumbo a Barcelona, entablar conversación con el vecino de asiento, cagarse en el sistema junto al vecino de asiento, quedarse dormido cagándose en el sistema, escuchar 4 discos, llegar a Barcelona a las 13:30, comer a toda velocidad, ir pitando al trabajo y, una vez allí, tratar con 25 personas durante 6 horas, salir a las 21h, volver a casa, cenar, tumbarse en el sofá y, tras más de 12 horas de estrés, al fin respirar.

Y aún da más de sí... da para volverse a cagar en el sistema, una vez más... ese sistema que inventó los lunes laborales.

jueves, 2 de octubre de 2008

Vuelta al tajo

Como viene siendo habitual, el 1 de octubre ha traído consigo el fin de mis vacaciones, y la verdad es que una lógica manía le estoy cogiendo al día en cuestión. No es para menos, significa pasar de Mallorca a Barcelona, de respirar aire puro a inhalar combustiones, pasar de rascarme la tripa durante todo el día a ir con el esfínter apretado por culpa del estrés, aunque este año tengo motivaciones especiales para volver. No voy a desgranar mis propósitos ante este nueva temporada laboral que acabo de empezar. Si total, llevo 3 años en la misma empresa sin más propósito que el de cobrar a fin de mes y yastá, y ya paso de debates internos sobre mi ambición e integridad profesional, son totalmente estériles... debato, debato... pero nunca me generan un cambio de actitud, sólo pataletas en forma de actualización de blog. Además, si de momento así soy la mar de feliz no tengo por qué cambiar, ya llegará ese día en el que vea que mi etapa en este trabajo ha llegado a su fin, el día en que mi cuerpo me pida algo de mayor responsabilidad y dificultad.

Nada más que decir. Simplemente quería comunicar que he vuelto, y con más fuerzas que nunca, ya veréis, así que os emplazo para mi próxima actualización, dentro de 2 semanas o así...