miércoles, 28 de mayo de 2008

Impasse

Estoy sin ordenador desde hace una semana y de momento no sé hasta cuándo durará esta situación. Aprovecho para ver películas que tenía pendientes desde hace mil o dos mil años, como Sospechosos habituales o El apartamento, y maldigo la espera de tanto tiempo hasta haberlas visto. Dudo que pueda actualizar durante las próximas semanas, al menos espero que para mediados de junio ya tenga de nuevo el ordenador en casa para poder escribir alguna crónica de los conciertos de Radiohead que se avecinan. Hasta entonces, os deseo mucha suerte y os dejo con esta maravilla.

viernes, 16 de mayo de 2008

Venecia

Con casi dos semanas de retraso, inicio el resumen fotográfico de mi viaje a Italia. Empiezo con Venecia, la primera ciudad que visitamos.

Nos alojamos en Treviso, ciudad situada a unos 50 km de Venecia y bien comunicada por tren. Cogimos uno de los primeros trenes de la mañana para aprovechar el día al máximo. La primera imagen para el recuerdo llegó cuando durante su trayecto pasamos por el puente que une la península itálica con el entramado insular de Venecia. Es increíble el fenómeno que la naturaleza ha creado en la laguna veneciana.


Ya en Venecia, pateamos toda la ciudad de arriba a abajo. Es una ciudad en la que, valga el tópico, perderse es una auténtica gozada. Si todos los caminos llevan a Roma, en Venecia, nada más bajar del tren, todos los caminos llevan al puente de Rialto, el más importante de los que unen ambos lados del gran canal.


Al igual que todas las ciudades, Venecia posee unos referentes turísticos de obligada visita, tales como la plaza de San Marcos, el propio Rialto, el palacio Ducal,... Sin embargo, pocas ciudades pueden presumir de desprender encanto en cada uno de sus rincones. Detrás de cada esquina puedes encontrar una sorpresa, un puente inverosímil, un edificio que reta a la gravedad inclinándose hacia el canal, una góndola que te invita a fotografiarla...




El gentío es otra de las señas de identidad de la capital del Véneto. Entiendo que agobia bastante hacer turismo por una ciudad en la que parece que hay una manifestación multitudinaria de forma constante. Es imposible hacer bien una foto a la primera, sin que nadie pase por delante fastidiándotela. Asimismo, de tanta gente que hay, la sensación de que en cualquier momento te van a robar es contínua. Cada día llegan cruceros que aportan miles de visitantes de todos los puntos del Mediterráneo. Es lo más parecido a un hormiguero que he visto en mi vida, pero con personas en vez de hormigas.


La plaza de San Marcos, si bien no está en el centro de la ciudad, se puede considerar como el kilómetro 0 de la misma. La basílica de San Marcos y la torre del campanario son dos lugares de obligada visita.


El Palacio Ducal, justo al lado de la basílica de San Marcos, es una auténtica maravilla de la arquitectura gótica. Tras él, se encuentra el emblemático puente de los Suspiros, que lo une con la antigua prisión de la inquisición. Debe su nombre a los suspiros que daban los presos al pasar por él, viendo por última vez el cielo y el mar antes de su muerte.




Y aunque no haya coches, Venecia tampoco se libra de los atascos...


Es verdad que basta uno o dos días para ver la ciudad, y que permanecer más tiempo en ella puede cansar. Pero mucho más cierto es que indiscutiblemente se trata de una de las pocas ciudades que se pueden considerar únicas en el mundo y que, si bien 4 días seguidos en ella cansan, uno nunca se negaría a revisitarla al menos un fin de semana cada año. Hay muchas razones para hacerlo.









jueves, 8 de mayo de 2008

James, Razzmatazz 6.5.2008


Sometimes, when I look deep in your eyes I swear I can see your soul
Sometimes, when I look deep in your eyes I swear I can see your soul

Ante la mirada incrédula de la banda y rendido tras el maravilloso recital que acababa de presenciar, el público del Razzmatazz coreaba sin parar esta memorable estrofa de Sometimes. Era el clímax del concierto, la máxima comunión entre el público y una banda entregada y emocionada ante la reacción de su público, que derivó en un espontáneo bonus track imprevisto para los asistentes: Laid. El concierto merecía un final así.

El setlist fue más o menos el esperado, una combinación de los mejores temas de su último disco y algunos clásicos de su carrera. No tocaron Sit Down ni Say Something, pero sinceramente nadie las echó de menos. En cambio, no faltaron Born of Frustration, siempre infalible, Sound, la hermosísima Sometimes, She’s a Star, Ring the Bells, Come Home, Tomorrow, Getting Away ni la ya mencionada Laid, canción con la que cerraron el show. Un concierto de sensaciones encontradas, que incitaba a mover las caderas y a emocionarse en proporciones iguales.

He tenido la suerte de poder ver muchos conciertos en mi vida y creo que tengo la experiencia suficiente como para considerar a Tim Booth como el mejor cantante en directo que he visto jamás. Probablemente no tiene una voz superdotada, pero tanto ayer como el año pasado en el Summercase ha bordado su interpretación. Ni un solo gallo, ni un solo atisbo de afonía, canta tan bien que parece playback, y se agradece un cantante que, con una voz tan bella y cálida como la suya, no trate de dárselas de héroe con gritos imposibles y fuera de lugar. Su voz abarca tantos registros que se convierte en el mejor instrumento de James, el pilar fundamental de sus melodías, y uno nunca se cansa de escucharla.

Habrá quien pensará que han vuelto por la pasta, que su regreso tras 6 años de silencio es injustificado, pero conciertos como el de ayer justifican cualquier disco y gira a destiempo. No llegaron, tocaron, cobraron y se fueron. Se gustaron, disfrutaron e hicieron disfrutar al público, y ya iba siendo hora de encontrarse con una banda amable, agradecida y entregada a un público, que disfruta haciendo lo suyo, alejados de la típica pose fría y trascendental de muchos artistas que se las dan de íntegros. No hizo falta que se soltaran con los típicos piropos vacíos de que Barcelona es la mejor ciudad que han visitado, que les encanta tocar en España para luego estar 10 años sin volver,... No hizo falta que nos anunciaran su amor para que nos sintiéramos queridos.

Es injusto que una banda como ésta esté tan infravalorada. No son el súmum de la innovación ni del vanguardismo como para que el gran público les dé la espalda de esta manera. Tuvieron la mala suerte de explotar en un mal momento, en una etapa entre fases, justo después de que la fórmula del sonido Madchester empezara a dar síntomas de agotamiento y justo antes de la eclosión del brit pop, dícese de ese movimiento por el cual cientos de bandas inferiores a James alcanzaron la fama y el éxito mientras éstos, desde casi el anonimato (fuera de UK), eran los que sacaban discazos como el Seven o el Laid. Su nuevo disco no es una maravilla, pero contiene un puñado de canciones que en manos de una banda más publicitada ya serían clásicos modernos.

Un concierto inolvidable.

Sometimes

There's a storm outside, and the gap between crack and thunder
Crack and thunder, is closing in, is closing in
The rain floods gutters, and makes a great sound on the concrete
On a flat roof, there's a boy leaning against the wall of rain
Aerial held high, calling "come on thunder, come on thunder"

Sometimes, when I look deep in your eyes, I swear I can see your soul
Sometimes, when I look deep in your eyes, I swear I can see your soul

It's a monsoon, and the rain lifts lids off cars
Spinning buses like toys, stripping them to chrome
Across the bay, the waves are turning into something else
Picking up fishing boats and spewing them on the shore
The boy is hit, lit up against the sky, like a sign, like a neon sign
And he crumples, drops into the gutter, legs twitching
The flood swells his clothes and delivers him on, delivers him on

Sometimes, when I look deep in your eyes, I swear I can see your soul
Sometimes, when I look deep in your eyes, I swear I can see your soul

There's four new colors in the rainbow
An old man's taking polaroids
But all he captures is endless rain, endless rain
He says listen, takes my head and puts my ear to his
And I swear I can hear the sea

Sometimes, when I look in your eyes I can see your soul
(I can reach your soul)
(I can touch your soul)
Sometimes


martes, 6 de mayo de 2008

4 metros de perfección

Uno de los momentos más emocionantes del viaje fue cuando vi el David de Miguel Ángel. No teníamos entradas reservadas para la Academia y temía encontrar una cola interminable para entrar, pero por suerte amaneció con tormenta y la lluvia acobardó a muchos turistas. Nosotros, aprovechando nuestras infalibles capuchas confeccionadas con bolsas del Carrefour, no desaprovechamos la ocasión para acercarnos y probar suerte.

Tallada en mármol entre 1501 y 1504, la escultura mide 409 centímetros de altura y está considerada como perfecta por los expertos. Yo que, todo sea dicho, no entiendo de arte también la considero perfecta, o al menos esa es la impresión que me causó al verla, aunque hay quien pone 'peros' aduciendo que debería estar circuncidado. La historia les da la razón, pero igualmente el David sin circuncidar es lo más cercano a la perfección que han parido unas manos humanas, y eso no lo puede negar ni el más pureta de los historiadores.

Es increíble que un trozo de mármol tenga la fuerza expresiva de esta escultura. Iría un poco más lejos con mi elogio: hay un altísimo porcentage de humanos menos expresivos que el David. Basta observar la tensión de su rostro, su ceño fruncido, su mirada penetrante, los alerones nasales abiertos en señal de alerta ante el peligro, concentrado justo antes de usar su honda.


El tronco y las extremidades presentan una simetría hasta entonces nunca vista en una escultura. El cuerpo se encuentra en equilibrio sobre una extremidad inferior mientras la otra se relaja. El tronco se arquea ligeramente, como compensación, y todos los músculos, absolutamente todos, que se contraen en una posición como ésta aparecen perfectamente definidos en la silueta de la escultura.


La perfección de la obra sigue siendo palpable al observar sus manos. Las venas, los tendones, los nudillos,... son fieles reflejos de la anatomía humana. Sólo un genio es capaz de aunar los conocimientos anatómicos y la habilidad suficientes para esculpir unas manos como éstas.


Sólo le falta el movimiento para ser humana.

domingo, 4 de mayo de 2008

Italia 2008

Demasiada belleza para describir para un léxico tan pobre como el mío. A lo largo de estas semanas, cuando vuelva a la dura realidad de mi día a día y pueda contrastar sensaciones, trataré de explayarme más sobre este maravilloso viaje.

Hace justo una semana paseaba alrededor de canales como éste. Quién pudiera repetir un paseo como aquellos...