jueves, 16 de octubre de 2008

Yo, conferenciante

Sí, amigos. Así es. Dentro de dos meses daré una conferencia en un hospital ante médicos y fisioterapeutas. 2 horazas de charla que me llenarán el bolsillo de billetes. Todo perfecto y motivador, ¿verdad? El caso es que la exposición trata de un tema sobre el que apenas controlo... Vamos, podéis consultar vosotros mismos una buena bibliografía, os vais preparando el tema y tendríais la mismas posibilidades de que os saliera una exposición igual de buena que la mía. Aún así, aún siendo un ignorante en la materia, enfoco esta exposición como un reto personal, algo que debe significar un punto de inflexión en mi carrera profesional. Tampoco es que me vaya a cambiar la vida, pero si todo sale bien saldré muy reforzado y ganaré confianza en mí mismo. Y si no es así, pues nada, lloraré amargamente en mi cama bajo una lluvia de billetes...

El tema de la exposición es la fisioterapia en amputados. A priori, no me apasiona el tema, sinceramente, y no sé por dónde enfocarlo, aunque puede que preparándolo sienta un gusanillo por él y me acabe gustando. Quién sabe, a lo mejor encuentro mi verdadera vertiente profesional! Puedo hacer una representación diferencial de lo que es un amputado y de lo que no lo es, llegando a la sala sanote como siempre y de repente cortarme una mano y explicar 'verán, yo antes no era un amputado, ahora sí lo soy... captan la diferencia?'. Sería un buen golpe de efecto para empezar la charla y, aunque luego el resto de mi participación fuera aburrida y poco interesante, creo que los asistentes valorarían mi pasión, mi entrega y mi integridad profesional. Con un poco de suerte sangraría a borbotones y tendría que cancelar la conferencia.

Hace años que no hago algo parecido, aunque me considero curtido en batallas del estilo. En París ya tuve que preparar una presentación a final de curso, en francés... Dar una conferencia en la que te juegas todo un año y ver las caras de 'me no comprender nothing' y 'what are you counting to me?' de la gente no tiene precio, aunque los examinadores fueron generosos y valoraron mi esfuerzo y dedicación durante todo el año. Claro, que no es lo mismo exponer 20 minutos que durante 2 horas, pero siempre puedo recurrir a algún chiste fácil para hacer relleno, explicar alguna batallita sobre mi dilatadísima experiencia con amputados o proponer 10 minutos de descanso por cada 5 minutos de conferencia, que eso siempre suele agradecerse. Ahora os toca a vosotros, proponedme ideas originales para hacer relleno.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Joder, y yo que ya me pongo nervioso exponiendo diez minutos en clase...

Bueno, seguramente ya sabrás lo de imaginarse a la gente en pelotas para no ponerte más nervioso... Aparte de eso... Suerte... Aunque no la necesitarás porque te va salir cojonuda, ya verás.

Entre semana puedo quedar sobre las 11 que es cuando tengo el descanso largo. A ver si hablamos este finde y concretamos.

Anónimo dijo...

Organiza una timba que se llame 'El Muñón Benéfico'. Las ganancias irían a parar a Darío Silva. Y claro, una vez que menciones a éste empieza tu perorata con Okunowo, Bogarde, Trifon Ivanov... Ya ahí echas el resto.

Y se me ocurre el perfecto broche de oro para tu conferencia. Tu última frase debe ser "Sí, amigos. Anoche vi a Cantizano y a Javi Navarro de la mano por Las Ramblas". Con eso te aseguro que la sala se viene abajo.

Saludos,
Adriano Foglia

bionyka dijo...

Va, yo me escondo en una esquina, y si te ves apurado salgo y me dejo amputar algo... es que si te amputas tu no podrás terminar la conferencia, y no se yo si no terminas a lo mejor no te pagan. Ademas, estando en un hospital, me puedes amputar y cuando termine me voy directa a que me reinserten el miembro en cuestión, y todos contentos.

Eso si, yo no limpio, que limpiar sangre es un engorro. Para eso te buscas a otra (pero solo para eso, eh?)