Mi primer Sant Jordi lo viví de forma un tanto precipitada. Tenía el horario de tarde en la universidad y encima por la mañana estaba de prácticas, así que sólo puede acercarme hasta el centro de Barcelona al mediodía, con el tiempo justo para dar un paseo por las Ramblas, comer un bocata y comprar una piruleta con forma de rosa para una chica (la timidez me vencía como para comprarle un rosa en sí). Fue apenas media hora, pero el tiempo suficiente para comprender la grandeza de esta tradición. Los demás años ya no me los he perdido, por nada del mundo.
Como casi todo el mundo, tengo la costumbre de autoregalarme un libro cada Sant Jordi. Un año compré uno de 'humor' escrito por Tonino, el ex-reportero de Caiga Quien Caiga, y sinceramente no sé en qué estaría pensando cuando lo hice. Muy buen reportero, muy gracioso y tal... pero escribiendo... mare meva! Otro año me hice con La conjura de los necios y aquí sí puedo decir orgulloso que mi acierto fue rotundo, ya que a la postre se ha convertido en uno de mis libros preferidos, indispensable. Y ya hace dos años compré el que por esas fechas era el último de Eduardo Mendoza, que me pareció muy flojo para lo que esperaba de él. Ahora ha sacado uno nuevo, ¿será mi elegido este año? El resto de años algo he comprado también, pero no lo suficientemente significativo como para recordarlo con certeza. Pensareis... ¿no lo suficientemente significativo, pero en cambio recuerdas el de Tonino? Sí, amigos... es que ese libro marcó para mal un antes y un después en mi vida, si lo leyerais me comprenderíais.
